Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.
HABÍA perdido mi empleo. Después de seis meses de búsqueda, hallé un empleo a 2,500 millas de distancia. Mi esposa y mis hijos se quedaron en casa hasta ver si el empleo sería permanente. Mis primeros tres meses en soledad fueron difíciles. El nuevo trabajo era desafiante y extrañaba a mi familia. Me sentía solo y frustrado, y clamé en desesperación.
En momentos como éste, me identifico con Elías. Después de recibir el poder de Dios para resucitar al niño y para hacer que bajara fuego del cielo, Jezabel juró matarle. El miedo y la tensión fueron demasiado fuertes para Elías. Cuando los problemas, la enfermedad o la presión en el trabajo parecen derrotarnos, podemos recordar a Elías y cómo Dios le cuidó.
Una forma de hacer esto es leer la Biblia diariamente de manera que podamos estar en mejor sintonía con la voz de Dios. Cuando expresamos nuestro dolor y buscamos el compañerismo cristiano, Dios nos sostiene a través del valle oscuro de la depresión. Elías se recuperó y volvió a servir a Dios. Cuando nos sentimos derrotados/as, también podemos confiar en Dios y hallar esperanza.
Sr. Tom Smith (Utah, EUA)
