MENSAJE DEL DIA
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Léase Salmo.
Capitulo 23
Mi amado esposo estaba en cuidados intensivos. Una semana antes, después del servicio de la iglesia, me rodeo con sus brazos y dijo: <<>>. ¿Amada? ¿Dos personas mayores como nosotros? Pero el era todo para mi.
Ahora solo podía sostener sus manos. Estaba llena de dolor y del temor de quedarme sola. No podía orar; mi desesperación era grande. Para evitar el pánico, comencé a repetir las palabras del salmo 23: <
>. Repetía una y otra ves esas palabras. Al entrar, un calido y tierno sentimiento me cubrió como una suave frazada. La presencia de Dios me rodeo. Como dijo el salmista: < > (Salmo 23:4). Tenía la seguridad de que Dios estaría conmigo en medio del dolor en medio del dolor de mi perdida. Ahora, seis años más tarde, cuento las bendiciones a menudo, y la presencia consoladora de Dios encabeza la lista. Seguramente, <
> (Salmo 23:6) Sra.Joyce Woeste(Iowa,EUA)