Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
Estados TODOS los miembros de la familia de mi esposo tienen una extraña protuberancia en la parte de arriba de sus pies. Mi esposo, sus padres y sus hermanos y hermanas la tienen y también todos nuestros hijos. Este pequeño lomo en sus pies los identifica como parte de la misma familia. Como miembro de la familia por mi matrimonio, no tengo ese rasgo distintivo.
Pero todas las personas que estamos relacionados por el vínculo de la fe en Cristo podemos desarrollar características distintivas. Así como un árbol se conoce por los frutos que produce, así también nosotros podemos ser conocidos por el fruto del Espíritu, en particular el amor (Vea Gálatas 5.22-23). Jesús dijo: «Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros». La clave es el principio de ese versículo, «Así como yo los he amado…»(Juan 13.34). ¿Cómo nos ha amado Jesús? De forma sacrificial e incondicional.
Este amor está disponible si Cristo vive en nosotros/as. Es fácil amar a las personas que queremos, casi todo el mundo puede hacerlo (Vea Mateo 5.46.). Pero el amor incondicional, es algo que el mundo nota.
Sra. Colette Williams (Australia del Sur, Australia)
