Engrandeced a Jehová conmigo, Y exaltemos a una su nombre.
CRECÍ en las montañas de Colorado. Cerca de mi casa, hay una carretera que comienza como una ruta sencilla, y luego se divide en dos carreteras que parecen ir en diferentes direcciones. Sin embargo, las carreteras realmente rodean una montaña, y luego se unen en un parque estatal. Aunque terminan en el mismo lugar, son únicas en belleza, paisaje e historia.
De forma igual, los primeros creyentes en Corinto estaban divididos. Algunos decían: «Yo sigo a Pablo», mientras otros decían: «Yo sigo a Apolos». Sin embargo, Pablo enfatizó que él y Apolos eran sólo siervos al decir: «Así que no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino sólo Dios, quien es el que hace crecer»(1ª a los Corintios 3.7).
Una tentación común entre los creyentes es hablar más sobre una iglesia o líder que hablar de Cristo. Las dos rutas hacia el parque estatal me recuerda que, aunque viajamos con otros creyentes hacia un destino común, somos creaciones únicas de Dios, con nuestras propias historias y nuestro propio camino que transitar. Algún día nuestros caminos coincidirán y descubriremos que cada uno/a está en la senda correcta.
Sa. Bárbara Gail Bliss (Colorado, EUA)
