El mundo se acaba con sus malos deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre .
UN día, en las horas tempranas de la mañana, comencé a pensar en estas palabras de la 1ª Carta de Juan. ¿Qué quiso decir con ellas? Comprendí que Dios desea que nos enfoquemos en los valores eternos. En el pasaje de hoy, los valores pasajeros son contrastados con los valores eternos. Este mundo con sus diversos deseos está destinado a perecer, pero quienes hacen la voluntad de Dios viven para siempre.
¿Estoy buscando con deseo profundo hacer la voluntad de Dios, siguiendo el ejemplo de Cristo que dijo: «No busco hacer mi propia voluntad sino cumplir la voluntad del que me envió» (Juan 5:30)? ¿Estoy viviendo de acuerdo con la voluntad de Dios? Esta es una pregunta clave para la vida cristiana.
Solamente Cristo nos puede salvar de este mundo pecaminoso y darnos la vida eterna. El Espíritu Santo nos capacita para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. Como Pablo escribió, «No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios... (Romanos 12.2).
Sr. Toomas Pajusoo (Harjumaa, Estonia)
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