Tú espera, aunque parezca tardar, pues llegará en el momento preciso. .
DESPUÉS de mi primer semestre en un seminario en los Estados Unidos, regresé a Ucrania, mi país de origen, para una visita. Al momento de regresar, le dije a mi familia que volvería pronto. Cada uno de nosotros tiene un concepto diferente de lo que es «pronto»- en seis meses, en un año, después de la graduación. Pero nadie realmente pensó que mi segundo regreso tardaría tanto. Seis años han pasado desde entonces.
Cuando mis padres escucharon que finalmente había recibido la residencia permanente en los Estados Unidos, esperaban que regresara a casa en cualquier momento. Su espera es muy intensa. Cada vez que escuchan un auto pasar cerca de la casa, esperan verme llegar. Pero no es así. «Quizás mañana», dicen.
En Hechos 1.11 leemos sobre Jesús dejando a los discípulos. Ellos creían que él regresaría pronto. En 1ª a los Tesalonicenses, Pablo elogia a los creyentes en Tesalónica por sus obras de amor mientras esperaban la segunda venida de Cristo. Todavía hoy estamos esperando. Según esperamos, le servimos a Cristo al servirle a quienes nos rodean, mientras decimos, «¡Señor nuestro, ven!»(1ª a los Corintios 16.22).
Sa. Yulia G. Bagwell (Pennsylvania, EUA)
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