Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis.
vida diaria no me enfrento a un ejército cuya misión es destruirme. Como médico de cuidado intensivo y como esposo y padre, me enfrento a la vida con sus ansiedades sobre el futuro, sus remordimientos y enojos sobre el pasado y mi incapacidad para controlar el presente. Mi batalla consiste en dejar que Dios tome el control sobre lo que no puedo controlar.
Dios conoce que puedo ser esclavo de mis pensamientos, y estar ciego al poder de Dios y a su deseo de estar en comunión conmigo. Cada uno de los desafíos de la vida, desde las molestias de mi vida diaria hasta los valles de sombra que la muerte de un paciente trae, pueden abrumar mi fe. Pero ofrecen una oportunidad para experimentar la gracia sanadora de Dios.
Quizás no camine por un terreno seco en medio del océano ni vea el pan cayendo del cielo, porque las manifestaciones de la gracia de Dios son variadas y sobrepasan mi entendimiento. Pero puedo experimentar paz en medio de mi tribulación, y gozo a pesar de mis temores cuando en la quietud de mi comunión silenciosa con él, le permito a Dios dirigirme.
Sr. K. Jackson Peevy (Alabama, EUA)
