Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo»..
POR siglos, los teólogos y filósofos han abordado el problema del sufrimiento. Algunos consideran el sufrimiento como una consecuencia de nuestro pecado, una explicación que no puede descartarse completamente. La Biblia nos dice: «No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará». Otros creen que el sufrimiento puede venir como una prueba de fe. La Biblia nos dice que a veces puede ser una experiencia de aprendizaje
Tengo que concluir, sin embargo, que a menudo no podemos hallar una razón aceptable para el sufrimiento. Con frecuencia, el sufrimiento no tiene sentido: Un bebé nace seriamente deformado. Una madre muere de cáncer del seno.
Pero, en medio de todo esto, tenemos la promesa de que en nuestros momentos de sufrimiento, cualquiera que sean nuestras tribulaciones, nada nos puede separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro (Romanos 8.35-39). Con esta seguridad, podemos hallar consuelo y valor para movernos en fe, sabiendo que este mundo no es nuestra casa, y confiando que algún día los misterios de la vida serán explicados.
Sr. Ralph Lord Roy (Connecticut, EUA)
